A partir de abril de este año, todas las empresas radicadas en el Reino Unido deberán adherirse al incremento del salario mínimo nacional. Las empresas que incumplan las nuevas normativas relacionadas con el salario mínimo nacional podrían recibir sanciones de hasta £20 000 por trabajador mal pagado.

En abril de 2016, el gobierno sustituyó su salario mínimo por una nueva normativa llamada salario mínimo nacional. Se aplica a todos los empleados mayores de 25 años que trabajen en el Reino Unido. El salario mínimo se mantiene para los empleados menores de 25 años. Se trata de una apuesta del gobierno para hacer frente a los retos económicos de los salarios bajos para los empleados que trabajan en el Reino Unido y fomenta unos ingresos más altos para aquellos que deseen trabajar, además de aumentar la productividad de la empresa.
A partir de abril de 2016, la tasa introductoria que debería pagarse a los empleados se estableció en £7,20 por hora, y este próximo mes de abril veremos el primer incremento previsto. Por ley, las empresas deben aumentar la tarifa por hora de sus empleados a £7,50 por hora, un incremento de casi el 5 %. Además, está previsto que se incremente aún más a lo largo de los próximos tres años; el objetivo general de las autoridades es que el salario mínimo nacional para los trabajadores mayores de 25 años alcance los £9,00 por hora en 2020. Cabe esperar que más de 4,5 millones de empleados se beneficien de este incremento obligado del salario mínimo nacional.

Es posible que haya oído hablar del llamado salario mínimo nacional propuesto por la Fundación Living Wage. La fundación fue creada en 2001 con el objetivo de promover un salario mínimo basado en el coste real de la vida. En este cálculo se consideran los costes de vida fundamentales tales como la vivienda, la alimentación, la vestimenta y la asistencia médica, e incluso el coste de la compra de regalos. Sugiere que el salario mínimo recomendado que deberían pagar las empresas a sus trabajadores mayores de 18 años debería ser, como mínimo, de £8,25 por hora, y de £9,75 por hora para los empleados que vivan en el área de Londres. Muchas empresas del Reino Unido han optado voluntariamente por ofrecer el salario mínimo recomendado y están incrementando su tarifa por hora a como mínimo £8,25 para todos los empleados, lo que difiere considerablemente del salario mínimo nacional, que solo se aplica a los empleados mayores de 25 años. Cabe recordar que la Fundación Living Wage solo se limita a promover y recomendar este salario mínimo más alto, cuya aplicación depende en todo caso de la empresa, y no existe ningún requisito legal que obligue a respetar sus recomendaciones.

El salario mínimo nacional afectará a los negocios de varias maneras, siendo la principal repercusión el incremento considerable del coste de los salarios. El coste de su implementación supondrá que muchas empresas deberán cubrir gastos ‘indirectos’, con el fin de mantener la diferencia entre los ingresos de los empleados de nivel básico y los ingresos de los empleados de nivel superior. En otras palabras, la ejecución de esta voluntad supondrá unos costes más elevados que el simple incremento de la tarifa por hora a £7,50 la hora. Son muchas las empresas que están ya en proceso de recuperación en lo que respecta a lo que pagan a sus empleados, tanto a tiempo completo como parcial, fijos o temporales, y deberán revisar y adaptar sus estructuras salariales en consecuencia.

En caso de incumplimiento deliberado, la empresa podría enfrentarse a un proceso penal y las personas declaradas culpables podrían enfrentarse a la inhabilitación para ejercer el cargo de director de empresa. Los miembros del Comité de Cumplimiento podrían considerar también la posibilidad de nombrar y avergonzar a las empresas más explotadoras del Reino Unido para perjudicar su negocio. Por consiguiente, todas las empresas deberían acometer todos los pasos necesarios para garantizar la observancia de las nuevas leyes y para planificar los futuros aumentos del salario mínimo nacional.

En términos generales, las empresas tendrán menos control sobre los salarios que deban pagar a sus empleados. Se estima que las empresas que por tradición pagan unos salarios más bajos serán las más afectadas, sobre todo las pertenecientes a los sectores hotelero, minorista y de asistencia social. Los negocios pequeños que cuenten con una plantilla relativamente poco cualificada sufrirán las peores consecuencias puesto que deberán afrontar el mayor incremento en sus costes salariales, y que sin duda ya se vieron afectadas cuando se aplicó lo mismo por primera vez en 2016. También las empresas del sector servicios que estén obligadas por contratos a largo plazo podrían sufrir enormes consecuencias cuando se proceda al aumento del salario mínimo nacional en abril de 2017.

Las empresas básicamente deberán contemplar otras maneras de recuperar su coste salarial incrementado, que se deriva directamente del resultado y posiblemente reduzcan la contratación y busquen otras maneras más rentables de garantizar la rentabilidad y la eficiencia, a la vez que mantengan la rentabilidad de su organización. Esto implicará que algunas empresas consideren soluciones tales como reducir o abandonar las bonificaciones, aumentar los precios de los bienes, paralizar las contrataciones, reducir el horario laboral, contratar empleados con edades por debajo del umbral del salario mínimo nacional, aceptar unos beneficios inferiores, reconsiderar los planes de inversión o reducir el número de empleados de la organización.

Es inevitable que todos estos cambios tendrán consecuencias negativas en todas las empresas. Y no tan solo unas consecuencias financieras paralizantes. La propia plantilla se verá afectada y esto influirá en la reacción de la plantilla de una empresa ante determinados cambios. Puede que los miembros de la plantilla se sientan desmotivados y decepcionados según el tipo de cambios realizado. Son muchos los factores que debe considerar la empresa antes de tomar decisiones que tendrán una enorme repercusión.

Con la previsión del aumento del salario mínimo nacional año tras año. En los próximos meses, las empresas experimentarán una enorme sensación de presión añadida. Deberán tomar duras decisiones sobre la dirección a seguir. El primer instinto será buscar maneras de reducir los costes salariales e implantar nuevas iniciativas que garanticen el mantenimiento de la rentabilidad de la empresa. Las empresas podrían empezar a buscar métodos alternativos entre las últimas tecnologías del mercado u otros procesos que redujeran los costes laborales sin afectar a la rentabilidad. Una cosa es segura. En los próximos años, las empresas vivirán momentos de gran incertidumbre. Independientemente de que su empresa sea pequeña o grande, el salario mínimo nacional continuará afectando a su negocio en cierto modo.